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¿Qué es la piel atópica?

La dermatitis atópica (o eccema), cuyo origen suele ser genético, evoluciona entre brotes inflamatorios y periodos de calma. ¿Cuál es la causa? Disfunción de la piel (barrera cutánea) que provoca sequedad cutánea (xerosis) e inflamación. Menos protegida, la piel es más reactiva al entorno.

Eccema atópico: lo esencial en pocas palabras

• Lo que se ve: piel seca o muy seca, manchas rojas con contornos irregulares, pequeñas vesículas rezumantes (o «burbujas acuosas») que pueden convertirse en costras. 
• Lo que se siente: picor y fuertes molestias en la piel (tirantez, hormigueo, etc.).
• Las causas: una predisposición genética a la alergia y un déficit en la función de barrera cutánea, que se vuelve más sensible y permeable a los agresores externos. 
• La dermatitis atópica se desarrolla en dos etapas. Etapa 1, la fase de sensibilización: como la barrera cutánea es menos protectora, los alérgenos del entorno pueden penetrar en la piel. Etapa 2, la fase de expresión, con la inflamación que desencadena la aparición de los síntomas. 
• Zonas afectadas: frente, mejillas, cuello, párpados, torso, pliegues de codos y rodillas

¿Quiénes son los más afectados?

La dermatitis atópica evoluciona con la edad. En el 85 % de los casos, comienza antes de los 5 años. Se observa con mayor frecuencia en bebés de tan solo 3 meses de edad, y persiste hasta los 7 años, con una posibilidad de mejora en torno a los 2 o 3 años de edad. Los brotes desaparecen después de los 7 años en la mayoría de los casos. Los brotes se vuelven cada vez menos graves, menos frecuentes, y luego dejan de producirse... A los 10 u 11 años, muchos niños ya no tienen eccema. A veces, en el mismo periodo, pueden aparecer otras reacciones atópicas, como el asma.

En los adultos, la dermatitis atópica es poco común, pero puede persistir desde la infancia. En todos los casos, la piel que ha tenido parches de eccema atópico seguirá siendo siempre frágil y deberá cuidarse regularmente.